Volvió a ser un placer llegar a Canadá para ser recibidos tan bien por la organización del evento, que en esta oportunidad puso a nuestra disposición a un super asistente local: Vincent Landry.
Nosotros representamos a la marca país Uruguay Natural a través del Ministerio de Turismo, entonces es muy importante entender y compartir como nos perciben desde un gran país, con un desarrollo socioeconómico y cultural integral. Será sorprendente para muchos, pero están muy enterados de la realidad latinoamericana, en especial de Brasil, Argentina y Uruguay (los que tienen equipos en la carrera) y nos ven como un país serio, con gran crecimiento económico y con políticas sociales de avanzada.
Es una de las razones por las que estamos presentes en el evento, y nuestra voz se escucha tan alto como la de cualquier otro representante nacional de los once países presentes.
Hubiese sido mejor al revés, ir primero a Canadá y luego a Paraguay a correr la Expedición Guaraní, pero nosotros no elegimos las fechas de las carreras, simplemente nos adaptamos como podemos y damos lo mejor.
En este caso, la adaptación fue dolorosa, en el prólogo del Raid International Gaspésie recibimos una buena paliza en la senda de bajada en mtb del Mont Saint Joseph, un descenso de tal magnitud técnica que nos hizo perder más de 20 min. con los equipos de punta.
Eso nos permitió situarnos en la realidad del nivel a enfrentar, y luego de una severa autocrítica, empezar a mejorar con el objetivo de terminar la carrera corriendo de igual a igual con quienes nos superaron ampliamente en el comienzo.
Pero antes, es necesario aclarar que el nivel físico fue tremendo, con algunos destaques personales descollantes (el francés Pierre Ladoux, el sudafricano Mark Collins , el suizo Erick Vliegen, el brasileño Brou Bruto Drews, el danés Lars Bukkehave, los canadienses Lynne Bessette y Patrick Lussier, entre otros) y unos 15 o 16 equipos que andaban realmente fuerte en todas las disciplinas.
Con Nico Alfageme tenemos a esta altura una coordinación automática que nos permite ir a la velocidad máxima que podemos sostener, todo el tiempo. Eso en las carreras regionales nos alcanza para mantenernos en punta o persiguiendo muy cerca, dándonos el lujo incluso de algún pequeño error de navegación o de logística que siempre ocurren, sin tener grandes perjuicios.
Acá nos complementamos todo el tiempo, siendo siempre uno u otro el que marcaba el ritmo de acuerdo a las diferentes alternativas, pero sufriendo parejos en los momentos malos, en silencio.
Pero en Carleton-sur-Mer no era posible detenernos, a veces no podíamos comer, o atarnos los cordones, o acomodar el mapa correctamente, porque cada parada implicaba perder un par de posiciones dificilísimas de recuperar luego.
Es que algunos integrantes de los equipos rivales eran verdaderas locomotoras arrastrando a sus compañeros a altas velocidades en bici, running o remo, orientando siempre bajo presión de manera muy exacta.
Hay que aprender día a día en este deporte, y ver a esos deportistas en acción es la mejor manera.
El balance luego de 4 días de carrera es muy positivo, mucho más que ese 10° puesto general que obtuvimos. Logramos en el último día estar a la altura del ritmo de carrera y orientación a máxima velocidad, incluyendo un descenso aún peor que el del prólogo, resuelto perfectamente esta vez. Si no fuera por 2 pinchazos en momentos clave, hubiéramos disputado la etapa hasta el final para intentar ganarla o llegar muy cerca. El proceso de adaptación de expedición non stop a raid veloz fue rápido y exitoso.
Raid International Gaspésie es una carrera que tiene como base un gran equipo de trabajo de la empresa Endurance Adventure, cuyas caras visibles para nosotros son Daniel Poirier (encargado del recorrido terrible que nos ofrecen), Patricia Desgagne (una gran relacionista pública, que habla perfectamente 5 idiomas y tiene todas las soluciones para cada problema), y Jean-Thomas Boily, el cerebro final del evento.
Pero el staff que se mueve alrededor de ellos es increíble, todos especialistas en su propia tarea, y apoyados en su rubro por un entorno favorable que se basa en el amor incondicional que la población le tiene a la carrera. Todos, niños, adultos y ancianos aportan lo suyo de comienzo a fin y se sienten parte. Nosotros percibimos claramente el cariño y respeto que estas personas le tienen a los deportistas, y en cada recodo del camino sentimos ese aliento.
Es tan bueno el staff que hasta tiene un “departamento humorístico” que nos hace disfrutar entre risas la ceremonia de apertura o premiación, con las actuaciones y conducción de Steph Gautier y Daniel Labillois, ambos excelentes profesionales de la comunicación.
Este evento es una super producción de nivel mundial.
Soy, además de deportista, doble embajador voluntario: de Uruguay en RIG y de RIG en Uruguay.
Las tres tareas me llenan de orgullo.
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